Tania me obliga a escribir en el blog, pero la verdad es que estoy muy cansado. Son muchas horas solo, de pie, sin saber qué hacer, esperando que lleguen y tardan y tardan… Y al llegar, encima comen poco, poco jamón y nada de fruta; hemos traído cinco sandías y aún no hemos terminado la primera. De cuatro melones, uno empezado; naranjas, melocotones, albaricoques, manzanas, paraguayas, nada de nada… (y todo de buena calidad) sólo alguna que otra cereza. Con vuestros hijos los fruteros no tienen futuro. Por lo demás, bien, si no entramos en detalles. Y esos detalles pueden ser que están cansados, que hay que enfadarse para que duerman, para que no griten en las habitaciones, y cosas por el estilo. Por ejemplo, que no me dejan dormir y, cuando lo hago, dicen que ronco –y mucho-. Así que ya veis, pero me he comprado unos parches para fastidiarles porque la farmacéutica asegura que son infalibles.
En fin, lo de siempre, que no impide que los profesores estemos contentos si ellos lo están y termina siendo una actividad inolvidable para ellos.
Saludos a todos: Segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario